Social y Humano

SOCIAL Y HUMANO

«Entre todos los delitos que el hombre puede cometer contra la vida, el aborto procurado presenta características que lo hacen particularmente grave e ignominioso. El Concilio Vaticano II lo define, junto con el infanticidio, como “crímenes nefandos”» (Gaudium et spes, 51).

Por ello, el servicio “Social y Humano”, legalmente establecido en Nicaragua como: “Fundación Corazones Unidos por la Vida”, es una organización civil, provida, perteneciente al ser y que hacer de Casa de Vida, no gubernamental, sin fines de lucro, integrada por sacerdotes y laicos que defienden la vida, desde su concepción hasta la muerte natural, en contra del aborto. La principal lucha de la Fundación es lograr salvar niños expuestos -por la confusión de sus madres- al aborto y evangelizar a cada mamá, con el propósito que se den cuenta de que hay un Dios vivo que las ama y las invita a reconocerse como hijas de Él para recibir su mensaje de amor y así poder amar el fruto de su vientre.

Sin embargo, sabemos que «la muerte entra por la envidia del diablo (cf. Gn 3, 1.4-5) y por el pecado de los primeros padres (cf. Gn 2, 17; 3, 17-19). Y entra de un modo violento, a través de la muerte de Abel causada por su hermano Caín: “Cuando estaban en el campo, se lanzó Caín contra su hermano Abel y lo mató” (Gn 4, 8ss)» (Evangelium vitae, 7), y esto es lo que sucede la pareja o la madre al tomar la decisión de abortar, dan el visto bueno de asesinar a su prójimo o peor aún a su mismo hijo, tal experiencia de Caín es la que viven estas madres o parejas al permitir en sus vidas esta lamentable realidad.

«No es voluntad de vuestro Padre celestial que se pierda uno solo de estos pequeños» (Mt 18,14b). Es por lo cual como obra Católica defensora de la Vida, «Alabamos a Dios por los hombres y mujeres de América Latina y El Caribe que, movidos por su fe, han trabajado incansablemente en defensa de la dignidad de la persona humana […] En su testimonio, llevado hasta la entrega total, resplandece la dignidad del ser humano» (Documento Aparecida, 105).

Centro integral de embarazadas vulnerables (CIEV)

«Es cierto que en muchas ocasiones la opción del aborto tiene para la madre un carácter dramático y doloroso, en cuanto que la decisión de deshacerse del fruto de la concepción no se toma por razones puramente egoístas o de conveniencia, sino porque se quisieran preservar algunos bienes importantes, como la propia salud o un nivel de vida digno para los demás miembros de la familia. A veces se temen para el que ha de nacer tales condiciones de existencia que hacen pensar que para él lo mejor sería no nacer. Sin embargo, estas y otras razones semejantes, aun siendo graves y dramáticas, jamás pueden justificar la eliminación deliberada de un ser humano inocente» (Evangelium vitae, 58).

A todas esas mujeres o parejas confundidas o con decisión de abortar les apoyamos con clarificar sus dudas y maneras de pensar desde el punto de vista profesional a la luz del Evangelio de la Vida y la realidad que trae por consecuencia la realización de un aborto por lo cual en nuestras asesoramientos, se les informa sobre lo que es el aborto, sus riesgos físicos y el síndrome del post-aborto; se les brinda apoyo psicológico, ginecológico y espiritual para lo cual se cuenta con el servicio de profesionales y la ayuda de diversas instituciones médicas. Este apoyo se brinda mediante un programa Ambulatorio y uno Residencial.

Casa hogar Nuestra Señora de Guadalupe

Con la intención de apoyar a las madres de escasos recursos económicos que muchas veces son rechazadas por sus propias familias, se ha inaugurado una casa hogar bajo el patrocinio de Nuestra Señora de Guadalupe, en la cual son capacitadas técnicamente; además este hogar ha venido a ser como un espacio de retiro donde estas mamás crecen integralmente en su caminar espiritual y humano, desembocando en algunas ocasiones en la vivencia de los sacramentos.

En la Casa Hogar, les garantizamos a las residentes: hospedaje, alimentación, vestimenta, medicinas, cuidado del embarazo, higiene personal, viáticos de transporte para las citas médicas en el centro de salud o clínicas privadas, consejería sobre el embarazo, lactancia materna y cuidados del recién nacido, entre otros. La distribución de los quehaceres de la casa, tales como limpieza y cocina se divide entre las residentes, quienes están sujetas a un horario disciplinado en cuanto a tareas de la casa, talleres de evangelización y de aprendizaje, acompañamiento espiritual, médico y psicológico.

Asistencia psicológica

«En la decisión sobre la muerte del niño aún no nacido, además de la madre, intervienen con frecuencia otras personas. “Ante todo, puede ser culpable el padre del niño, no sólo cuando induce expresamente a la mujer al aborto, sino también cuando favorece de modo indirecto esta decisión suya al dejarla sola ante los problemas del embarazo” (cf. Mulieris dignitatem, 14) de esta forma se hiere mortalmente a la familia y se profana su naturaleza de comunidad de amor y su vocación de ser “santuario de la vida “. No se pueden olvidar las presiones que a veces provienen de un contexto más amplio de familiares y amigos. No raramente la mujer está sometida a presiones tan fuertes que se siente psicológicamente obligada a ceder al aborto: no hay duda de que en este caso la responsabilidad moral afecta particularmente a quienes directa o indirectamente la han forzado a abortar. También son responsables los médicos y el personal sanitario cuando ponen al servicio de la muerte la competencia adquirida para promover la vida» (Evangelium vitae, 59).

En esta atención integral que brindamos, tanto en el aspecto espiritual como humano, se busca, con la ayuda de esta área de psicología, llevar a la persona o a la pareja a un encuentro con su realidad, a la aceptación y reconciliación con su historia personal de vida, para iniciar un proceso cuyo fin terapéutico sea la sanación de aquellos traumas y aspectos de su vida que le impiden ser verdaderamente feliz.

En el proceso terapéutico se busca la aceptación del propio yo y de la propia historia; para que la persona pueda realizar, desde su libertad y voluntad, un encuentro vivo y verdadero con Dios, que le permita descubrir su Voluntad, experimentar su amor, su misericordia y su dulzura.

SALVEMOS VIDAS. SEMBREMOS ESPERANZA. ESCUCHEMOS SUS LATIDOS.