Trienio 2018-2020

Trienio de la Dulzura de la Cruz

“El que quiera seguirme, niéguese así mismo abrace su Cruz y sígame”. Mc 8,34.

Caminar y celebrar los 15 años (2005 – 2020) de nuestra comunidad que ha sido instrumento del Padre para dar vida a muchos, VIDA que es ofrenda continua y ofrecida a los Pies del Santísimo Sacramento por: Nicaragua, las familias, los Niños por nacer, vocaciones, seminaristas, religiosos, diáconos, sacerdotes, obispos, el Papa Francisco y por toda la Iglesia Universal.

Esta celebración se realizará mediante la vivencia profunda en la identidad cristiana, meditando durante tres años las enseñanzas de Jesús y su evangelio, en una continua Cruzada por la Vida desde una praxis catequética y espiritual que conlleve a caminar en la auténtica dimensión Eucarística de Amor, Misericordia y Obediencia a la Voluntad de Dios y que desde nuestra sencilla vivencia contribuyamos a construir la tan soñada civilización del amor.

En efecto, toda la perfección cristiana consiste:

2018 – En querer ser santo:
«El que quiera seguirme», Mc 8,34

-Estudio de  la carta apostólica “Misericordia Dei” y la verdadera vivencia en el perdón.
-Maternidad espiritual, dogmas Marianos y estudio de la Carta Encíclica “Redemptoris Mater”.
”Camino de la Infancia Espiritual” según Santa Teresita del Niño Jesús, nacer de nuevo a la luz de Jn 3,5 y Sacramento del Bautismo.

2019 – En abnegarme:
«Niéguese a sí mismo», Mc 8,34

-Estudio de la Carta Apostólica “Salvifici Doloris”, sacramento de la Unción de los enfermos, la abnegación y manera de entregar nuestra Cruz a Jesús.
-El Santo Sacrificio de la Misa, la importancia del gesto vivencial de la postración y el estudio de la Carta Encíclica “Ecclesia de Eucharistia”.
-Cómo vivir la Cruces de cada dia?, estudio de la exhortación apostólica “Redemptoris Custos” y Almas víctimas necesita el Señor.

2020 –  En padecer y obrar:
«Abrace su Cruz y sígame», Mc 8,34

-Deja a Dios hacer su Divina Voluntad en ti, Sacramento del Matrimonio y Orden Sacerdotal; estudio de la encíclica “Redemptoris Missio”.
-Estudio de la Encíclica “Dominum et Vivificantem”, Camino de Virtudes por el Espíritu Santo, y sacramento de la Confirmación.
– Fruto de la Cruzada: La praxis y la oración en el ofrecimiento de vida; Estudio de  “Evangelium Vitae”

SIGNIFICADO DEL LOGO DEL  TRIENIO DE LA DULZURA DE LA CRUZ

¿Por qué el logo del trienio es de Colores?

Los colores son los dones y virtudes que brotan de la Cruz por el ofrecimiento de nuestro Señor, es por ello que  «de la Cruz emana la luz, que vence las tinieblas del pecado y de la muerte» (Jn 1, 4-5), «Pues la predicación de la cruz es una necedad para los que se pierden; más para los que se salvan – para nosotros – es fuerza de Dios» (1 Co 1, 18).

Cruz de la espiritualidad: Es una Cruz pintada con la Sangre del Cordero Redentor. Los colores representan las dimensiones desde donde se vive el ofrecimiento al Padre (Rom 12, 1), por el Hijo, en el Espíritu Santo, quien con sus dones y virtudes nos ayuda a vivir como Hostias Vivas sumergidas en la Divina Voluntad (Lc 22, 42). El corazón nos recuerda al Corazón Inmaculado de María que como buena Madre nos quiere llevar su Hijo Jesús en la Eucaristía simbolizado en el círculo blanco.

De la unión de los dos corazones (Jesús y María), a través del amor doloroso, se FECUNDA la transfiguración de la Cruz en el corazón de quien recibe tanto a la Madre como a su Hijo y es donde la Cruz pesada, amarga u oscura,  por Ellos, se torna en liviana, dulce y de colores (virtudes). María Santísima, testigo de la pasión de su Hijo con su presencia y participe de la misma con su compasión, ofreció una aportación singular al “Evangelio del Sufrimiento” (Crf. Salvifici Doloris), ella tiene títulos especiales para poder afirmar las palabras de San Pablo: «Ahora me alegro cuando tengo que sufrir por ustedes, pues así completo en mi carne lo que falta a los sufrimientos de Cristo para bien de su cuerpo, que es la Iglesia» Col 1, 24. Por lo tanto donde sufre el Hijo, sufre la Madre y es en este sufrimiento unido en la cruz donde se nace  a la vivencia de la Dulzura del Amor la cual alumbra y da vida a muchos.

Rayos de la Cruz: Ad lucem per crucem o a la luz por la Cruz (Crf. Salvifici Doloris) La Cruz de la espiritualidad, está rodeada de rayos dorados que le forman un halo luminoso. El mensaje transmitido es: esta es la Cruz de la luz, del Sol, del Niño que ilumina, del Dios verdadero, la Cruz del triunfo para quienes desean cargar su Cruz como niños.

Virgen Reina Universal: Por su silueta de colores nos recuerda que somos dirigidos por la Soberana, Madre y primera Casa de Vida para el Verbo Encarnado y que desde su FIAT a la voluntad de Dios, pudo vivir la Dulzura de la Cruz en los momentos más dolorosos en la pasión y muerte de su hijo en la Cruz.

 Bebe en el Vientre: Nos llevan a recordar a los niños biológicos en los vientres de sus madres en el mundo entero de los cuales muchos son vulnerables a ser asesinados y aunque nadie en ninguna circunstancia debería matar a un ser humano inocente (cfr. CIC 2258), Dios también en estos pequeños niños, muestra su inefable amor y misericordia (Jn 3, 16) que dona su Sagrado Corazón de Niño, por obediencia a su Padre, actualizado en cada celebración Eucarística (cfr. CIC 1364).

Niño Jesús en brazos: Ella carga con amor a su hijo el pequeño Jesús y en El, se ven reflejados todos los niños espirituales que desean caminar en sus sendas, que abrazan su Cruz (Mt 16, 24-26) y le siguen, sabiéndose que no están solos sino brazos maternales de María Santísima, su madre.

 Sol o Resplandor: El llamado profundo a ser luz en nuestro entorno (Mt 5,13), y ser luz es ser un alma Eucarística para así vivir la Voluntad de Dios Padre, dejando que sus rayos a través de la adoración, formen a los hijos de María, formen defensores de la vida.

 Barcos de papel: Representan a Casa de Vida en sus distintas localizaciones, pero navegando en el mismo mar de la defensa de la Vida biológica y espiritual. El barco de Cruz, significa: “El movido por la fuerza de la Cruz” o “el que solo se mueve por impulso de la Cruz”. Casi es imposible pensar en un barco de papel que estando en el océano pueda mantenerse, esto solo puede surgir de los que son como niños al pensar: “Para Dios nada es imposible” (Lc 1, 37).

 El agua u mar: Representa a nuestra Iglesia Católica Universal, en la cual navegamos a como nos invita Jesús al llamar a sus primeros apóstoles: ««Lleva la barca mar adentro y echen las redes para pescar»» (Lc 5, 4). en la cual, Casa de Vida recibe la vida para obeder y luchar contra viento y marea por la misma.

Luna: Está de pie en medio de la luna, y no es casual que la palabra México en nátuahl signifique “Metz – xic – co” que significan “en el centro de la luna”. Es símbolo de fecundidad, nacimiento, vida. Marca los hilos de la fertilidad femenina y terrestre.

¡El logo forma un ancla!

Desde los primeros cristianos, este símbolo por el hecho de mantener una embarcación fija en el mar, también se constituyó en alegoría de la “esperanza” o de la “salvación”; El ancla se convirtió en símbolo de Cristo para quienes evitan el “naufragio espiritual”. Entre los poetas místicos, el áncora y la cruz unidas (cruz-ancla) expresa la voluntad de no abandonarse a los remolinos de la sensibilidad humana, fijando la voluntad a la cruz de Cristo como fuente de toda gracia.

MENSAJE PARA EL TRIENIO DE LA DULZURA DE LA CRUZ 2018-2020

 Les llamo Amigos de la Cruz. ¡Qué nombre tan glorioso! Les confieso que me encanta y deslumbra. Es más brillante que el sol, más alto que los cielos, más glorioso y magnífico que los mayores títulos de reyes y emperadores. Es el nombre excelso de Jesucristo, Dios y hombre verdadero. Es el nombre sin equivoco de un cristiano.

 + San Luis Grignon de Montfort

 

La vida es un don de Dios, Casa de Vida es una bendición. Cada vida salvada es una oportunidad y una promesa que se abre paso en nuestra realidad, para que aporte con su originalidad y con su belleza en la edificación de nuestro mundo, de nuestro país, de nuestra Iglesia. Sabemos el valor de la vida, ¡cuán preciosos somos ante los ojos de Dios! A una joven Virgen de Nazaret eligió Dios y le confió la misión más excelsa y sublime, ser madre del Redentor.

Como Casa de Vida asumimos el Trienio de la Dulzura de la Cruz como una oportunidad para redescubrir y profundizar la insondable riqueza de Jesucristo en el llamado a “abrazar la Cruz y seguirle” (Mc 8,34) llamándonos a su amistad “… Ustedes son mis amigos! (Jn 15,14). De la misma manera queremos experimentar con nuevo entusiasmo la riqueza de la amistad de unir esfuerzos, siguiendo a Jesús.Las sagradas escrituras presentan a Dios que confió tareas desafiantes a personas jóvenes como Jeremías (Jer 1, 4-10), David (1 Sam 17), a María, la doncella de Nazaret (Lc 1 26-38). Muy provocativamente, los evangelios testimonian de la amistad de Jesús con los pobres, publicanos y pecadores (Lc 15,2)

Más cercano a nosotros nos ilumina el testimonio de los santos, con razón llamados “amigos de Dios”. Nos vienen a la memoria San Francisco y Clara de Asís, San Ignacio de Loyola, Santa Teresa de Ávila, Santa Teresa de Calcuta y tantos otros que nos dijeron con su vida que la amistad con Jesús, negándose a sí mismo, cargando con su Cruz y siguiéndole fue lo mejor que les ha pasado. En la cruz contemplamos la máxima expresión de amor, de nuestro Señor Jesucristo, por lo tanto, las mareas podrán ser impetuosas y fuertes, pero más fuerte es el Amor de Dios en la Cruz.

Es para nosotros en estos tres años una profunda oportunidad para descubrir la Cruz dulce como la miel y dejarnos seducir en el amor por el Padre, El Hijo y el Espíritu Santo, escuela profunda de comunidad. En esta construcción de Casa de Vida, veremos la mano poderosa de Dios ya que el triunfo no depende de la muchedumbre del ejército sino de la fuerza que viene del cielo, 1 Mac 3, 19.

Por la tanto, movida por la fuerza de la Cruz, enalteciéndola como comunidad, seremos moldeados por la Santísima Trinidad para navegar como un solo y verdadero corazón adorador por la Vida, así, montados en la barca de la Iglesia como una obra humilde y sencilla -como barca de papel-, guiada por Jesús Niño, creemos que Casa de Vida avanzará hacia fronteras interminables para llegar a los puertos con María y enaltecer la Cruz en las cimas de los confines de la tierra.

¡Familia en el nombre del Jesús Niño, les amo!

SALVEMOS VIDAS. SEMBREMOS ESPERANZA. ESCUCHEMOS SUS LATIDOS.