El pasado mes de marzo, la comunidad de Casa de Vida en Estelí, visitaron el Colegio Nuestra Señora del Rosario, para celebrar junto con los alumnos de esta institución educativa la Semana del No Nacido y una de nuestras hermanas de la comunidad en esta ciudad nos comenta la vivencia de este encuentro de oración.
Celebración y oración
Llegamos antes de las 7:00 am para organizarnos mientras los alumnos ingresaban; en uno de los pasillos del colegio en donde se erigió un pequeño altar con la imagen de la Virgen de la Encarnación y alrededor de la misma se ubicaron sillas para comodidad del grupo de estudiantes que presencialmente nos acompañaría.
Dimos inicio con un canto y procedimos a explicar a los estudiantes la importancia de la adopción espiritual por los no nacidos, para posteriormente dar inicio al rezo del Santo Rosario por la vida. Este momento de celebración y oración se unieron los 22 salones de clase del colegio mediante las bocinas que hay en que cada salón de la institución, lo que otorgó la oportunidad de que alumnos y profesores de todo el colegio escucharan y desde sus secciones se unieran. Este decir, el rezo del Santo Rosario, fue vivencial por todos y participativo directamente por los alumnos que dirigían los misterios, quienes al finalizar los mismos depositaban una rosa a los pies de la Virgen María.
Al finalizar se les invitó a inscribirse en la adopción espiritual, fue increíble la respuesta, realizando 100 certificados el primer día y al ver la apertura de los jóvenes, la comunidad debió regresar al día siguiente y desde las 7:00 am los estudiantes nos esperaban y nuevamente se desbordaron, alegres, entre interés y la emoción hacían fila para inscribirse, siendo 130 adopciones espirituales más, es decir, fueron 230 jóvenes que adoptaron espiritualmente a un niño por nacer.
Experiencia de fe, sorpresa y caridad
Los jóvenes se desbordaron, dejaron su descanso para hacer filas, estaban emocionados. Una de las hermanas de la comunidad al preguntarle a una estudiante como se llamaría su bebé lo primero que dijo fue: ¡Quiero llorar! Woow!.. Esto marca entre otros casos el nivel de conciencia que tuvieron estos jóvenes ante esta realidad del aborto que se vive en el mundo.
Algunos jóvenes le pusieron su apellido al niño. La subdirectora nos contó que ella supervisó las aulas y en una de ellas no estaba el profesor, sin embargo los alumnos todos estaban rezando el rosario y eso le sorprendió. Otros profesores nos compartieron que había vivido el Santo Rosario, que habían experimentado algo especial, solo Dios hace esas cosas en grande y estamos agradecidos por habernos tomado como instrumentos en ese momento.
La obra, sigue caminando sigue llegando a los corazones de otros mediante las directrices de nuestros obispos, hagamos comunidad, adoremos al Señor y ahora demos gracias por estos 230 jóvenes que se unen a la batalla contra el aborto desde la adopción espiritual. Alabado sea Jesús Niño.
Por: Guadalupe Sánchez, Misionera