Hoy en día, la cultura de la muerte, de la cual son vulnerables los pequeños e indefensos niños no nacidos, se da por el pecado (el aborto), a quienes con solaz fuerza y decisión desde nuestra oración podremos defender atendiendo a las palabras de San Pablo cuando nos dice: ofrézcanse como hostias vivas (cf. Rom 12,1) y así batallar desde la entrega de uno mismo, contra el pecado del aborto.
- 1
- 2