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DIA CUARTO: AMARGURA DE LA CRUZ

CONSAGRACIÓN DE LOS NIÑOS AL VERBO ENCARNADO

Es una consagración de: los que se abajan para que Cristo reine en su interior. Pues, como dice la Escritura: “la victoria no depende de la muchedumbre del ejército, sino de la fuerza que viene del cielo” (1 Mac 3). Por tanto, la consagración de los hijos —y también la nuestra— a Jesús, Verbo Encarnado, a su Corazón de Niño, es una entrega total. Es la entrega de nuestros corazones y de los corazones de nuestros hijos para unir cada corazón, por medio del Inmaculado Corazón de María, al de Él, al Corazón triunfante del Verbo Encarnado. Para los niños pequeños, los padres serán su voz, para los niños en los vientres los padres realizarán las oraciones en nombre de ellos, de esta manera ellos también se consagrarán.

ACTIVIDADES DURANTE LOS 9 DIAS DE ORACIÓN:
• Rociar agua bendita en el hogar, en especial donde descansa el niño.
• Ordenar el Hogar
• Bendecir los alimentos en cada tiempo
• Bendecir al niño en la mañana.
• Realizar oración correspondiente a cada día
• Vela encendida durante la oración.

ORACIÓN BENDICIÓN DE ALIMENTOS
(Realizar esta oración antes de comer: Desayuno, almuerzo y cena)
+En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Señor bendice estos alimentos que nos estás dando, ven Jesús en nosotros a alimentarte, a compartir esta mesa, a reparar por nuestros excesos y los excesos de toda la humanidad, dad pan a los que tienen hambre y hambre de Ti a los que tenemos de este pan. +En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

ORACIÓN DE BENDICIÓN DIARIA
(Realizan la señal de la cruz en la frente del niño, al iniciar la bendición todos los días por la mañana.)
+En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Que el Señor te bendiga y te guarde, brille su rostro sobre ti, te sea propicio y te dé su paz (Nm 6,24-26). Que la sangre de nuestro Señor Jesucristo te defienda, te proteja y te cubra de todo mal, te haga invisible ante todas las asechanzas del enemigo (Ap 12,1). Que la Santísima Virgen María te envuelva con su manto de estrellas. + En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Corazón de Jesús Niño, séllanos con tu Divino Amor y, con ese eterno amor, sella a todos los niños por nacer (Cfr. Ef 1,13). Amén.

CUARTO DIA – AMARGURA DE LA CRUZ

+ En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Te ofrecemos Padre este día en preparación para la consagración al Corazón de tu Hijo Verbo Encarnado por medio del Inmaculado Corazón de María.

ORACIÓN DE INICIO

Hoy, en tu Voluntad Divina, Abbá Padre, vengo a los pies de tu Hijo Jesucristo, contemplando su santa Infancia en la Hostia Consagrada. Hoy, Jesús, quiero jugar contigo, quiero abrazarte. Ven, Jesús, a mí, para adorar al Padre y reparar por todos los pecados de la humanidad. Quiero unirme a todos los niños del mundo, en todos los continentes, y a todos los que desean ser como niños, para reparar junto con la Iglesia triunfante, purgante y militante, y con todo el coro celestial, por todo aquello que nos aleja de ser como niños; porque solamente los que son como niños entrarán en el Reino de los Cielos (cf. Mt 18,3).

Hazme, Señor, pequeño ante tu grandeza (cf. Mt 11,25), humilde ante tu amor (cf. St 4,6), y puro de corazón para verte en cada Eucaristía (cf. Mt 5,8). Que mi adoración reparadora sea una sonrisa de niño que consuela tu Corazón herido y glorifica eternamente al Padre (cf. Jn 17,1). Hoy imprimo en cada latido de mi corazón y en el de todos los niños del mundo, en el de todos los corazones de Domus Vitae, un te amo bebé Jesús, un protégenos, un enséñanos a abrazar la cruz tan fuerte, tan fuerte que tú bebé Jesús recibas este abrazo en nombre de toda la humanidad. Amén.

Leer: Lectura del Santo Evangelio según San Mateo (26, 36-46)

 

PREDICACIÓN DE LOS PADRES

Tú eres un niño muy amado por Jesús, hasta el punto de que Él entregó su vida por ti en la cruz y derramó su sangre para que tú tuvieras vida eterna. “El que quiere seguirme niéguese a sí mismo, abrace su cruz y sígame” (Mt 16,24).

¿Sabías que el camino para ser santo es el camino de la cruz y algunas veces Jesús es muy rechazado por los niños en la cruz? No se dan cuenta de que, cuando no descubrimos la preciosa joya que es la cruz y no encontramos a Jesús en ella, entonces sabe amarga en el alma y a los niños no les gusta porque la ven oscura y deformada. Dime, ¿qué es algo amargo para ti? (R/ cebolla, por ej.). Cuando algo sabe amargo, no nos gusta y lo rechazamos porque su sabor es feo. La cruz con Jesús no es amarga, pero nosotros la hacemos amarga porque nos alejamos de nuestro mejor amigo, que es Jesús, y olvidamos que con Él todo es más dulce (Jn 15,13).

Muchos niños rechazan a Jesús en la cruz y se han alejado de su amor misericordioso. También hay niños que tienen heridas en sus corazones, no por la cruz, sino por rechazar a Jesús, quien quiere abrazar a todos los niños del mundo, pero muchos se alejan y no se dejan abrazar (Lc 18,16). Ahora es el tiempo de que conozcas a Jesús, quien llora de amor por ti y quiere que reconozcas que su trono es la cruz, que no temas a los sufrimientos de cada día, que los vivas con Jesús, tomándolo de la mano y caminando con Él, hasta arrecostarte en su corazón y jugando. Recuerda que Él es el camino, la verdad y la vida (Jn 14,6).

Tú, como niño, estás llamado a entregar todas las cruces de todos los niños del mundo, espiritualmente, a los pies de la Eucaristía. Así se transfigura la cruz, será transformada en dulzura y en luz, y es una vez que la entregas a Jesús, quien está vivo y presente en la Eucaristía, que lo que antes era amargo o triste, con feo sabor, comenzará a ser como un caramelo para el alma (Mt 28,20).

ORACIÓN

Te pedimos, Padre, en nombre de todos los niños del mundo, que recibamos fuerza de lo alto para no rechazar a Jesús en la cruz y abrazar a Jesús Niño en su trono de cruz (Lc 24,49). Queremos, como niños, descubrir cuántas veces hemos reaccionado mal ante la cruz, y para ello te rogamos que envíes tu Espíritu Santo para descubrir el misterio de la cruz (1 Co 2,10). También, Padre, queremos entregar espiritualmente todas las heridas en todos los niños causadas por su mala relación con Jesús en la cruz, por no abrazarlo en medio del caminito de la cruz. También queremos entregarte todas las cruces de todos los niños del mundo, especialmente las rechazadas, a los pies de la Eucaristía. ¡Recíbelas, Papá! (Mt 18,20).

SANTO ROSARIO
MISTERIOS GOZOSOS
(Lunes y Sábado)

PRIMER MISTERIO GOZOSO: El Niño Jesús se encarna en el vientre de la Virgen María.

Te pedimos, Abbá Padre, descubrir el misterio de la Encarnación en cada uno de nuestros corazoncitos. Queremos que Jesús Niño se encarne en nosotros, en nuestro interior, como si nosotros fuéramos su pesebre, y vivir este intercambio de corazones: nosotros entregarle el nuestro y que Él, Jesús, nos entregue el suyo. Que Jesús habite en cada niño del mundo, y así, por el misterio de la Encarnación, viva el reinado de Jesús Niño, porque un niño nos guiará (Is 11,6; Jn 1,14; Lc 1,35).

1Padre Nuestro, 10 Ave Marías, Gloria.

Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu nombre, venga a nosotros tu reino, hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día, perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden. No nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén

Dios te Salve, María, llena eres de gracia, el Señor está contigo. Bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el principio ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Corazón de Jesús Niño, séllanos con tu Divino Amor y con ese eterno amor, sella a todos los niños por nacer. Amén.

 

SEGUNDO MISTERIO GOZOSO: La Santísima Virgen María visita a su prima Santa Isabel.

Padre, queremos recibir a tu Hijo en el vientre de la Virgen María y saltar de gozo como niños pequeños, tal como saltó San Juan Bautista (Lc 1,39-44). Te pedimos, Abbá Padre, que todos los niños del mundo que no conocen a la Virgen María se enamoren de su amor maternal y jueguen en sus brazos de Mamá, reconociendo que ningún niño del mundo es huérfano (Jn 19,26-27).

1Padre Nuestro, 10 Ave Marías, Gloria.
Corazón de Jesús Niño, séllanos con tu Divino Amor y con ese eterno amor, sella a todos los niños por nacer. Amén.

 

TERCER MISTERIO GOZOSO: El Nacimiento del Niño Jesús en Belén

Te pedimos, Jesús Niño, que vengas a nacer en todos los niños del mundo como si fuéramos tus pesebres. Queremos adorarte como los Reyes Magos y cargarte en nuestros bracitos de niños, como Mamá María y San José (Lc 2,6-12; Mt 2,11). No te sientas solo, Niñito Jesús, porque habemos muchos niños que queremos jugar contigo. Somos tu paja, tu alfombra de corazones cristianos, para que vengas como Rey a reinar en nuestros corazones (Mt 18,3; Lc 2,14).

1Padre Nuestro, 10 Ave Marías, Gloria.
Corazón de Jesús Niño, séllanos con tu Divino Amor y con ese eterno amor, sella a todos los niños por nacer. Amén.

 

CUARTO MISTERIO GOZOSO: La Presentación del Niño Jesús en el Templo

Padre, queremos pedirte la gracia de presentar en el templo a todos los niños del mundo, en especial a los que no tienen qué comer, que están muy tristes y llenos de amargura. Queremos que todos los niños del mundo comprendan que la cruz es esperanza y no tristeza. Ayúdanos para que seamos tus niños obedientes, que podamos decirte: “Aquí estamos para hacer tu Voluntad, Papá” (Lc 2,22-24; Heb 10,7; Mt 11,28-30).

1Padre Nuestro, 10 Ave Marías, Gloria.
Corazón de Jesús Niño, séllanos con tu Divino Amor y con ese eterno amor, sella a todos los niños por nacer. Amén.

 

QUINTO MISTERIO GOZOSO: La Pérdida y Hallazgo del Niño Jesús en el Templo

Corazón de Jesús Niño, hay muchos niños perdidos alrededor del mundo entero que no te conocen. Existen niños cuyos padres jamás les han hablado de ti o que aún no han sido bautizados; niños que no saben que tú nos creaste hombre o mujer; niños confundidos por ideologías o estrategias extrañas que hacen daño a los niños (Gn 1,27; Mt 19,14). Yo hoy te pido, Niño Jesús, que los niños perdidos regresen a tus bracitos de Niño en el pesebre y sanen sus heridas, para que, al encontrarte, jueguen contigo y sientan todo ese amor eterno que tú les quieres dar (Lc 2,46-49; Mt 18,12-14). Encuéntralos, Jesús, que tú los amas y ellos te necesitan, ¡yo también te necesito!

1Padre Nuestro, 10 Ave Marías, Gloria.
Corazón de Jesús Niño, séllanos con tu Divino Amor y con ese eterno amor, sella a todos los niños por nacer. Amén.

 

Te ofrecemos Señor este Padre Nuestro, 3 Ave María y Gloria por el Papa N.

Dios te Salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra, Dios te salve. A ti llamamos los desterrados hijos de Eva; a ti suspiramos, gimiendo y llorando, en este valle de lágrimas. Ea, pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos, y, después de este destierro, muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh clementísima, oh piadosa, oh dulce Virgen María!

 

ORACIÓN DE ENTREGA – FINAL

En tu Voluntad Divina, Corazón de Jesús Niño, vivo y presente en la Eucaristía, te entregamos con humildad todo lo que hemos vivido. Te entrego mis piecitos de niña, unidos a tus piecitos, Jesús. En ellos te ofrezco cada paso de cada sacerdote, misionero, servidor, de todos los niños salvados y de todos los niños que están en las pancitas de mamá y que no podrán caminar, porque no podrán nacer (cf. Jr 1,5; Sal 139,13-16).

Te entrego todo, Jesús, a través del Inmaculado Corazón de María, en reparación por cada paso fuera de tus piecitos de Niño (cf. Lc 2,19; Lc 2,51). Lleva, Jesús, a todos a tus pasos de Niño, y haz de Domus Vitae, de mis padres y de los niños más pequeñitos, un lugar donde, adorándote, se levante un ejército de niños adoradores por el mundo entero (cf. Mt 19,14; Sal 8,3). Te beso a Ti, Bebé Jesús, vivo en la Eucaristía. Corazón de Jesús Niño, séllanos con tu divino amor, y con ese eterno amor sella a todos los niños por nacer (cf. Ef 1,13; Jn 3,16). Amén.

+ En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

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