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DÍA 2 – EN NAZARET RECHAZABAN A JESÚS

Descripción del día: Recuerda vivir tu Santa Eucaristía y tu Santo Rosario diariamente. Y tus oraciones puedes realizarlas si es posible frente al Santísimo Sacramento.

Propósito del día: Haré apostolado donde vivo o trabajo, animando a una persona a incorporarse en cualquier grupo apostólico o de oración, o a meditar constantemente en la Biblia, o a encariñarse con la esclavitud del amor.

Repetir durante el día las Jaculatorias: Se rebajó así mismo hasta ya no ser nada, tomando la condición de esclavo (Filp 2,7) “Señor que vea”; “¡Que yo te conozca!”; ¡Ven Espíritu Santo!; “En el nombre del padre del Hijo y del Espíritu Santo, renuncio a satanás, renuncio a sus seducciones, renuncio a sus obras. Amén”.

ORACIONES DEL DÍA:

+En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

VENI CREATOR SPIRITUS

Ven, Espíritu Creador, visita las almas de tus fieles llena con tu divina gracia, los corazones que creaste. Tú, a quien llamamos Paráclito, don de Dios Altísimo, fuente viva, fuego, caridad y espiritual unción. Tú derramas sobre nosotros los siete dones; Tú, dedo de la diestra del Padre; Tú, fiel promesa del Padre; que inspiras nuestras palabras. Ilumina nuestros sentidos; infunde tu amor en nuestros corazones; y, con tu perpetuo auxilio, fortalece la debilidad de nuestro cuerpo. Aleja de nosotros al enemigo, danos pronto la paz, sé nuestro director y nuestro guía, para que evitemos todo mal. Por ti conozcamos al Padre, al Hijo revélanos también; Creamos en ti, su Espíritu, por los siglos de los siglos. Gloria a Dios Padre, y al Hijo que resucitó, y al Espíritu Consolador, por los siglos de los siglos. Amén.

LETANÍAS AL ESPIRITU SANTO

Señor, Ten piedad.

Cristo, Ten piedad.

Señor, Ten piedad.

Cristo, óyenos.

Cristo, Escúchanos.

Dios, Padre celestial, Ten piedad de nosotros.

Dios, Hijo Redentor del mundo,

Dios, Espíritu Santo,

Trinidad Santa, un solo Dios,

Espíritu, que procedes del Padre y del Hijo,

Espíritu del Señor, que al comienzo de la creación incubando las aguas las fecundaste,

Espíritu por cuya inspiración hablaron los santos hombres de Dios,

Espíritu cuya unción nos enseña todas las cosas,

Espíritu que das testimonio de Cristo,

Espíritu de verdad que nos instruyes sobre todas las cosas,

Espíritu que fecundas a María,

Espíritu del Señor que llenas todo el orbe,

Espíritu de Dios que habitas en nosotros,

Espíritu de sabiduría y entendimiento,

Espíritu de consejo y fortaleza,

Espíritu de ciencia y piedad,

Espíritu de temor del Señor,

Espíritu de gracia y misericordia,

Espíritu de fuerza, dilección y sobriedad,

Espíritu de fe, esperanza, amor y paz,

Espíritu de humildad y castidad,

Espíritu de benignidad y mansedumbre,

Espíritu de gracia multiforme,

Espíritu que escrutas hasta los secretos de Dios,

Espíritu que ruegas por nosotros con gemidos inenarrables,

Espíritu que descendiste sobre Cristo en forma de paloma,

Espíritu en el cual renacemos,

Espíritu por el cual se difunde la caridad en nuestros corazones,

Espíritu de adopción de los hijos de Dios,

Espíritu que apareciste sobre los discípulos en forma de lenguas de fuego,

Espíritu del que los apóstoles quedaron henchidos,

Espíritu que distribuyes tus dones a cada uno como quieres,

Senos propicio, Perdónanos, Señor.

Senos propicio, Escuchanos, Señor.

De todo mal, Líbranos Señor.

De todo pecado,

De las tentaciones e insidias del diablo,

De toda presunción y desesperación,

De la resistencia a la verdad conocida,

De la obstinación y de la impenitencia,

De la impureza de la mente y del cuerpo,

Del espíritu de fornicación,

De todo espíritu malo,

Por tu eterna procesión del Padre y del Hijo,

Por la concepción de Jesús, hecha por tu operación,

Por tu descenso sobre Cristo en el Jordán,

Por tu advenimiento sobre los discípulos,

En el día del juicio,

Nosotros, pecadores, te rogamos, óyenos.

Para que, así como vivimos por el Espíritu obremos también por el Espíritu,

Para que, recordando que somos templo del Espíritu Santo, no lo profanemos,

Para que, viviendo según el espíritu, no accedamos a los deseos de la carne,

Para que por el espíritu mortifiquemos las obras de la carne,

Para que no te contristemos a ti, Espíritu Santo de Dios,

Para que seamos solícitos en guardar la unidad de espíritu en el vínculo de la paz,

Para que no creamos a todo espíritu,

Para que sepamos discernir los espíritus, si son o no de Dios,

Para que renueves en nosotros el espíritu de rectitud,

Para que nos confirmes por tu espíritu soberano,

Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, Perdónanos Señor.

Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, Escúchanos Señor.

Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, Ten misericordia de nosotros.

Oremos: Te pedimos, Señor, que nos asista la fuerza del Espíritu Santo para que purifique convenientemente nuestros corazones y nos preserve de todo mal. Por Jesucristo nuestro Señor.

Amén.

AVE MARIS STELLA

Salve, estrella del mar, Madre santa de Dios y siempre Virgen, feliz puerta del cielo. Aceptando aquel «Ave» de la boca de Gabriel, afiánzanos en la paz al trocar el nombre de Eva. Desata las ataduras de los reos, da luz a quienes no ven, ahuyenta nuestros males, pide para nosotros todos los bienes. Muestra que eres nuestra Madre, que por ti acoja nuestras súplicas. Quien nació por nosotros, tomando el ser de ti. Virgen singular, dulce como ninguna, líbranos de la culpa, haznos dóciles y castos. Facilítanos una vida pura, prepáranos un camino seguro, para que viendo a Jesús,
nos podamos alegrar para siempre contigo. Alabemos a Dios Padre, glorifiquemos a Cristo soberano y al Espíritu Santo, y demos a las Tres personas un mismo honor. Amén.

Leer el Santo Evangelio según San Lucas 4, 16-30

Del tratado de la verdadera devoción. TVD 215-216

215 Esta Madre del Amor Hermoso quitará de tu corazón todo escrúpulo y temor servil desordenado y lo abrirá́ y ensanchará para correr por los mandamientos de su Hijo con la santa libertad de los hijos de Dios, y para encender en el alma el amor puro, cuya tesorera es Ella. De modo que en tu comportamiento con el Dios-Caridad ya no te gobernaras –como hasta ahora– por temor, sino por amor puro. Lo miraras como a tu Padre bondadoso, te afanaras por agradarle siempre y dialogaras con El en forma confidencial como un hijo con su cariñoso padre. Si, por desgracia, llegaras a ofenderlo, te humillarás al punto delante de Él, le pedirás perdón humildemente, tenderás hacia El la mano con sencillez, te levantarás de nuevo amorosamente, sin turbación ni inquietud, y seguirás caminando hacia El, sin descorazonarte.

GRAN CONFIANZA EN DIOS Y EN MARÍA

216 La Santísima Virgen te colmará de gran confianza en Dios y en Ella misma:

1º. Porque ya no te acercarás por ti mismo a Jesucristo, sino siempre por medio de María, tu bondadosa Madre; 2º Habiéndole entregado tus méritos, gracias y satisfacciones para que disponga de ellos según su voluntad, Ella te comunicará sus virtudes y te revestirá́ con sus méritos, de suerte que podrás decir a Dios con plena confianza: ¡Esta es María, tu servidora! ¡Hágase en mí según lo que has dicho! (Sal 119 [118]).

3º. Habiéndote entregado totalmente a Ella -en cuerpo y alma-, Ella, que es generosa, se entregará a ti, en recompensa, de forma maravillosa, pero real, de suerte que podrás decirle con santa osadía: Soy tuyo, ¡oh María!; sálvame. O con el discípulo amado – como he dicho antes-: “¡Te he tomado, ¡María Santísima, por todos mis bienes!”. O con San Buenaventura: “Querida Señora y salvadora mía, obraré confiadamente y sin temor, porque eres mi fortaleza y alabanza en el Señor. ¡Soy todo tuyo y cuanto tengo es tuyo, Virgen gloriosa y bendita entre todas las creaturas! ¡Que yo te ponga como sello sobre mi corazón, porque tu amor es fuerte como la muerte!” (Cant 8,6).

Podrás decir a Dios con los sentimientos del profeta: Señor, mi corazón y mis ojos no tienen ningún motivo para enaltecerse y enorgullecerse, ni para buscar cosas grandes y maravillosas. Y con todo, aún no soy humilde. Pero la confianza me sostiene y anima. Estoy, como un niño, privado de los placeres terrestres y apoyado en el seno de mi madre; allí́ me colman de bienes ( Sal 131 [130],1-2);

4º. el hecho de haberle entregado en depósito todo lo bueno que tienes para que lo conserve o comunique, aumentará tu confianza en Ella. Sí, entonces confiaras menos en ti mismo y mucho más en Ella, que es tu tesoro. ¡Oh! ¡Que confianza y consuelo poder decir que el tesoro de Dios, en el que Él ha puesto lo más precioso que tiene, es también el tuyo!: “Ella es -dice un santo- el tesoro de Dios”.

MAGNIFICAT

+ Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios mi Salvador, porque ha mirado la humillación de su esclava. Desde ahora me felicitarán todas las generaciones porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí. Su nombre es Santo y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación. Él hace proezas con su brazo, dispersa a los soberbios de corazón. Derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes. A los hambrientos los colma de bienes y a los ricos despide vacíos. Auxilia a Israel su siervo, acordándose de su santa alianza según lo había prometido a nuestros padres en favor de Abrahán y su descendencia por siempre. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en principio ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.

Rezo del Santo Rosario correspondiente al día (Clic aquí)

Ofrecer el Santo Rosario; Rezar el Credo; Rezar los 5 misterios correspondientes al día, finalizar cada misterio con un Gloria y jaculatorias; Al finalizar el Santo Rosario rezar por las intenciones del Santo Padre, ofrecer las 3 Ave María, Gloria y la Salve por nuestra diócesis y nuestro obispo.

Letanías a la Santísima Virgen: (Clic Aquí)

Oración final y ofrecimiento del día: (Clic Aquí)

+En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

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