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DÍA 4 – EL MUNDO NOS ODIA COMO ODIÓ A JESÚS

Descripción del día: Recuerda vivir tu Santa Eucaristía y tu Santo Rosario diariamente. Y tus oraciones puedes realizarlas si es posible frente al Santísimo Sacramento.Propósito del día: Combatiré la rutina inventando con creatividad y dinamismo. Formas concretas para ayudar a mis familiares más necesitados espiritualmente, a mejorar su relación con Dios.

Repetir durante el día las Jaculatorias: Si me persiguieron a mí, también los perseguirán a ustedes (Jn 16,20). “Señor que vea”; “¡Que yo te conozca!”; ¡Ven Espíritu Santo!; “En el nombre del padre del Hijo y del Espíritu Santo, renuncio a satanás, renuncio a sus seducciones, renuncio a sus obras. Amén”.

ORACIONES DEL DÍA:
+En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

VENI CREATOR SPIRITUS
Ven, Espíritu Creador, visita las almas de tus fieles llena con tu divina gracia, los corazones que creaste. Tú, a quien llamamos Paráclito, don de Dios Altísimo, fuente viva, fuego, caridad y espiritual unción. Tú derramas sobre nosotros los siete dones; Tú, dedo de la diestra del Padre; Tú, fiel promesa del Padre; que inspiras nuestras palabras. Ilumina nuestros sentidos; infunde tu amor en nuestros corazones; y, con tu perpetuo auxilio, fortalece la debilidad de nuestro cuerpo. Aleja de nosotros al enemigo, danos pronto la paz, sé nuestro director y nuestro guía, para que evitemos todo mal. Por ti conozcamos al Padre, al Hijo revélanos también; Creamos en ti, su Espíritu, por los siglos de los siglos. Gloria a Dios Padre, y al Hijo que resucitó, y al Espíritu Consolador, por los siglos de los siglos. Amén.

LETANÍAS AL ESPIRITU SANTO
Señor, Ten piedad.
Cristo, Ten piedad.
Señor, Ten piedad.
Cristo, Óyenos
Cristo, Escúchanos.
Dios, Padre celestial, Ten piedad de nosotros.
Dios, Hijo Redentor del mundo,
Dios, Espíritu Santo,
Trinidad Santa, un solo Dios,
Espíritu, que procedes del Padre y del Hijo,
Espíritu del Señor, que al comienzo de la creación incubando las aguas las fecundaste,
Espíritu por cuya inspiración hablaron los santos hombres de Dios,
Espíritu cuya unción nos enseña todas las cosas,
Espíritu que das testimonio de Cristo,
Espíritu de verdad que nos instruyes sobre todas las cosas,
Espíritu que fecundas a María,
Espíritu del Señor que llenas todo el orbe,
Espíritu de Dios que habitas en nosotros,
Espíritu de sabiduría y entendimiento,
Espíritu de consejo y fortaleza,
Espíritu de ciencia y piedad,
Espíritu de temor del Señor,
Espíritu de gracia y misericordia,
Espíritu de fuerza, dilección y sobriedad,
Espíritu de fe, esperanza, amor y paz,
Espíritu de humildad y castidad,
Espíritu de benignidad y mansedumbre,
Espíritu de gracia multiforme,
Espíritu que escrutas hasta los secretos de Dios,
Espíritu que ruegas por nosotros con gemidos inenarrables,
Espíritu que descendiste sobre Cristo en forma de paloma,
Espíritu en el cual renacemos,
Espíritu por el cual se difunde la caridad en nuestros corazones,
Espíritu de adopción de los hijos de Dios,
Espíritu que apareciste sobre los discípulos en forma de lenguas de fuego,
Espíritu del que los apóstoles quedaron henchidos,
Espíritu que distribuyes tus dones a cada uno como quieres,
Senos propicio, Perdónanos, Señor.
Senos propicio, Escúchanos, Señor.
De todo mal, Líbranos Señor.
De todo pecado,
De las tentaciones e insidias del diablo,
De toda presunción y desesperación,
De la resistencia a la verdad conocida,
De la obstinación y de la impenitencia,
De la impureza de la mente y del cuerpo,
Del espíritu de fornicación,
De todo espíritu malo,
Por tu eterna procesión del Padre y del Hijo,
Por la concepción de Jesús, hecha por tu operación,
Por tu descenso sobre Cristo en el Jordán,
Por tu advenimiento sobre los discípulos,
En el día del juicio,
Nosotros, pecadores, te rogamos, óyenos.
Para que, así como vivimos por el Espíritu obremos también por el Espíritu,
Para que, recordando que somos templo del Espíritu Santo, no lo profanemos,
Para que, viviendo según el espíritu, no accedamos a los deseos de la carne,
Para que por el espíritu mortifiquemos las obras de la carne,
Para que no te contristemos a ti, Espíritu Santo de Dios,
Para que seamos solícitos en guardar la unidad de espíritu en el vínculo de la paz,
Para que no creamos a todo espíritu,
Para que sepamos discernir los espíritus, si son o no de Dios,
Para que renueves en nosotros el espíritu de rectitud,
Para que nos confirmes por tu espíritu soberano,

Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, Perdónanos Señor.
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, Escúchanos Señor.
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, Ten misericordia de nosotros.
Oremos: Te pedimos, Señor, que nos asista la fuerza del Espíritu Santo para que purifique convenientemente nuestros corazones y nos preserve de todo mal. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

AVE MARIS STELLA
Salve, estrella del mar, Madre santa de Dios y siempre Virgen, feliz puerta del cielo. Aceptando aquel «Ave» de la boca de Gabriel, afiánzanos en la paz al trocar el nombre de Eva. Desata las ataduras de los reos, da luz a quienes no ven, ahuyenta nuestros males, pide para nosotros todos los bienes. Muestra que eres nuestra Madre, que por ti acoja nuestras súplicas. Quien nació por nosotros, tomando el ser de ti. Virgen singular, dulce como ninguna, líbranos de la culpa, haznos dóciles y castos. Facilítanos una vida pura, prepáranos un camino seguro, para que viendo a Jesús,
nos podamos alegrar para siempre contigo. Alabemos a Dios Padre, glorifiquemos a Cristo soberano y al Espíritu Santo, y demos a las Tres personas un mismo honor. Amén.

Leer el Santo Evangelio según San Juan 15, 1-7

Del tratado de la verdadera devoción. TVD 219-222
219 Escucha bien lo que te digo: los santos son moldeados en María. Existe gran diferencia entre hacer una figura de bulto a golpes de martillo y cincel y sacar una estatua vaciándola en un molde. Los escultores y estatuarios trabajan mucho del primer modo para hacer una estatua y gastan en ello mucho tiempo. Más para hacerla de la segunda manera trabajan poco y emplean poco tiempo. San Agustín llama a la Santísima Virgen molde de Dios: el molde propio para formar y moldear dioses. Quien sea vertido en este molde divino, quedará muy pronto formado y moldeado en Jesucristo, y Jesucristo en él; con pocos gastos y en corto tiempo, se convertirá́ en Dios, porque ha sido arrojado en el mismo molde que ha formado un Dios.

220 Paréceme que los directores y devotos que quieren formar a Jesucristo en sí mismos o en los demás por prácticas diferentes a está pueden muy bien compararse a los escultores, que, confiados en su habilidad, destreza y arte, descargan infinidad de golpes de martillo y cincel sobre una piedra dura o un trozo de madera tosca para sacar de ellos una imagen de Jesucristo. Algunas veces no aciertan a reproducir a Jesucristo a la perfección, ya por falta de conocimiento y experiencia de la persona de Jesucristo, ya a causa de algún golpe mal dado que echa a perder toda la obra. Pero a quienes abrazan este secreto de la gracia que les estoy presentando, los puedo comparar, con razón, a los fundidores y moldeadores que, habiendo encontrado el hermoso molde de María – en donde Jesucristo ha sido perfecta y divinamente formado-, sin fiarse de su propia habilidad, sino únicamente de la excelencia del molde, se arrojan y pierden en María para convertirse en el retrato perfecto de Jesucristo.

221 ¡Hermosa imagen y verdadera comparación! Pero acuérdate que no se echa en el molde sino lo que está fundido y liquido; es decir, que es necesario destruir y fundir en ti al viejo Adán para transformarte en el nuevo en María.

LA MAYOR GLORIA DE JESUCRISTO
222 Por medio de esta práctica observada con toda fidelidad, darás mayor gloria a Jesucristo en un mes que por cualquier otra –por difícil que sea– en varios años. Estas son las razones para afirmarlo:

1) Si ejecutas todas tus acciones por medio de la Santísima Virgen –como enseña esta práctica–, abandonas tus propias intenciones y actuaciones, aunque buenas y conocidas, para perderte –por decirlo así́– en las de la Santísima Virgen, aunque te sean desconocidas. De este modo entras a participar en la sublimidad de sus intenciones, siempre tan puras que por la menor de sus acciones –por ejemplo, hilando en la rueca o dando una puntada con la aguja– glorificó a Dios más que San Lorenzo sobre las parrillas con su cruel martirio, y aún más que todos los santos con las acciones más heroicas. Esta es la razón de que, durante su permanencia en la tierra, la Santísima Virgen haya adquirido un cumulo tan inefable de gracias y méritos, que antes se contarían las estrellas del firmamento, las gotas de agua de los océanos y los granitos de arena de sus orillas que los méritos y gracias de María, y que ha dado mayor gloria a Dios de cuanta le han dado todos los ángeles y santos. ¡Qué prodigio eres, oh María! ¡Solo tú sabes realizar prodigios de gracia en quienes desean realmente perderse en ti!

 Rezo del Santo Rosario correspondiente al día (Clic aquí)
Ofrecer el Santo Rosario; Rezar el Credo; Rezar los 5 misterios correspondientes al día, finalizar cada misterio con un Gloria y jaculatorias; Al finalizar el Santo Rosario rezar por las intenciones del Santo Padre, ofrecer las 3 Ave María, Gloria y la Salve por nuestra diócesis y nuestro obispo.

 Letanías a la Santísima Virgen: (Clic Aquí)
Oración final y ofrecimiento del día: (Clic Aquí)

 +En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

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