Hoy en día, la cultura de la muerte, de la cual son vulnerables los pequeños e indefensos niños no nacidos, se da por el pecado (el aborto), a quienes con solaz fuerza y decisión desde nuestra oración podremos defender atendiendo a las palabras de San Pablo cuando nos dice: ofrézcanse como hostias vivas (cf. Rom 12,1) y así batallar desde la entrega de uno mismo, contra el pecado del aborto.
Es por ello que, en este tiempo providencial, el Vía Crucis que significa en latín “el camino de la Cruz” nos otorga un trayecto compuesto por 14 estaciones que nos ayudan a meditar en la vivencia de Nuestro Señor Jesucristo en el momento de su Pasión, y Muerte, llevándonos de esta forma hacer parte de la vida eterna, en la Resurrección.
El Vía Crucis consiste en recorrer espiritualmente el camino que hizo Jesús hasta el monte Calvario mientras cargaba la Cruz, así como la oportunidad de interiorizar en su sufrimiento. Es un tiempo tan alto para poder seguirle a Él, buscando atender a las condiciones del discipulado cuando el mismo Jesús nos dijo: «El que quiera venir en los de mí, que se niegue así mismo, que cargue con su cruz y me siga» (Mc 8, 34).
En estos tiempos no permitamos, desde la oración y la practica piadosa del Santo Viacrucis, el que muchos médicos y parejas en el mundo continúen optando por la muerte. Defendamos la Vida de estos pequeños, de los padres, médicos, enfermeras que se prestan a tal atroz realidad; presentándole a Jesús a través de estos sencillos actos de oración y meditación, la vida de estos niños y de quienes desean acabar con su vida, para que los bebes se salven y todos los implicados se conviertan (cf. Mt 19,14).
Es tu iniciativa el orar, Dios escucha a todos. Aunque tangiblemente a veces no veamos el milagro, en otra parte del mundo puede estar realizándose. No permitamos que parejas, madre, padres, familias, médicos, enfermeras, instituciones o agrupaciones a favor del aborto, se pierdan porque ellos también son parte de quienes abortan los proyectos de Dios en sus vidas, es decir, no han nacido al amor de Dios.
A través de cada Viacrucis que, en memoria de la Pasión y Muerte de Nuestro Señor Jesucristo, está siendo rezada y meditada por toda la iglesia en el mundo entero luchemos POR LA VIDA.
Amanda Mendoza, Misionera Laica.