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LA ADORACIÓN EUCARÍSTICA EN TIEMPO DE CUARESMA

Una cuaresma más… ¿que espero de ella? Tal vez lo de siempre: recibir la ceniza, ir al viacrucis y si es de madrugada mejor; el domingo de ramos no me lo pierdo; el jueves santo ni pensar que voy a faltar, debo ver a quien le lavan los pies; no me quedo en casa el viernes santo, ¿cómo no llegar al viacrucis para oír los chicheros?; y por último, el sábado de gloria, para que el Padre me bendiga el agua y las candelas; si me queda tiempo y no estoy tan cansada voy a la procesión del Resucitado que es de madrugada a ver como lo arreglaron. Y a esperar el próximo año, de nuevo la cuaresma. ¡Que aburrido vivir una cuaresma tan rutinaria! ¿No te parece que le hace falta algo o más bien alguien a Tu cuaresma? Y digo bien, “tu cuaresma,” porque esa no es la cuaresma con Jesús.

La cuaresma debe estar impregnada de encuentros frecuentes con El Señor de la Cuaresma: JESUS. Que mejor que buscarlo en la Eucaristía, ¿imaginas 40 días de Adoración Eucarística? ¡Esa sí que es una cuaresma bien vivida a los pies del Maestro! Escuchando su voz en el silencio del corazón que nos va conduciendo hacia la Cruz. No se puede vivir la Cruz de cada día mientras no se entiende el porqué de ella, Jesús lo entendía perfectamente, ya que a diario se encontraba con su Padre en la oración; por eso la asumió con amor y nos ganó la redención.

Todos hemos experimentado el dolor en algún momento de nuestra vida, tal vez nunca se entendió por qué debió de ser así, y nos marcó de manera negativa ese momento de cruz que no se supo vivir. Hoy Dios, una vez más, nos da la oportunidad en esta cuaresma de reflexionar sobre el pasado y/o presente para perdonarlo, dar perdón y perdonarnos. ¿No crees que ha llegado el tiempo de sanar?

Alguien te espera en el Sagrario, tú sabes bien quien es; no para condenar, sino para sanar las heridas del camino equivocado y empezar de nuevo, resucitando con El. Después de estar cuarenta días en Adoración Eucarística y entender el dolor de tu cruz, tendrá sentido acompañar a Jesús con el corazón en cada uno de los oficios de Semana Santa.  ¡Atrévete a vivir de una manera diferente la verdadera cuaresma!

Guadalupe Godoy, Misionera seglar.

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